sábado, 24 de mayo de 2008

Seres muy inconsistentes*

Por Eliana Comas

Y una vez que has recorrido la extensión de tu mente, lo que

gobiernas es tan claro como un registro de cargas;

no debes pensar que alguna otra cosa

existe.

¿Y cual es el beneficio? Sólo que, con el tiempo,

identificamos a medias las ciegas marcas

que todas nuestras acciones llevan, podemos hacerlas remontar a su origen.

Pero confesar

en aquel descolorido atardecer en que nuestra muerte empieza,

lo que era, difícilmente satisfaga,

porque se aplicó solo a un hombre una vez,

y a ese hombre, agonizante.


Este es un fragmento del poema de Philip Larkin que aparece en el libro Contingencia, ironía y solidaridad de Richard Rorty. Es un punto de partida, que nos permite pensar que nuestro yo (al igual que nuestro lenguaje) consiste en un tejido de contingencias antes que en un sistema de facultades estructuradas.

Somos seres inconsistentes, únicos y con un yo diferente al de nuestros prójimos. Poseemos ciegas marcas, que son puras posibilidades y una vida para nada firme. Entonces, una y otra vez toda descripción literal de nuestra identidad fracasará porque somos de este modo, pero podemos ser de otro.


*El título es creación de la autora de esta entrada.

martes, 13 de mayo de 2008

Inocencia perdida

Por Eliana Comas


El trabajo infantil es una problemática que se ha perpetuado con el tiempo en todo el mundo. En Argentina fue creada en el año 2002 la Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil, sin embargo es uno de los países de América Latina donde esta modalidad de trabajo ha crecido de forma alarmante, al aumentar seis veces en pocos años, como consecuencia de la crisis económica.

Se estima que el 6, 5 % de los niños argentinos de entre 5 y 13 años cumplen alguna tarea, y que trabaja el 20, 1 % de los adolescentes de entre 14 y 17.[1] Más allá de la información numérica, que ya es de por sí escalofriante, no debemos olvidar el ser humano que se solapa detrás de los porcentajes. Porque un niño es un individuo, una historia de vida, una persona con rostro e identidad y el trabajo amenaza su estimulación, desarrollo físico, mental, social y moral.

El trabajo infantil se manifiesta en mayor medida en los grandes centros urbanos, allí podemos ver a los chicos cartoneando, cirujeando, cuidando vehículos, lustrando zapatos, vendiendo, mendigando, pidiendo dinero y comida. Con su inocencia están expuestos a los peligros de la calle - principalmente al consumo de drogas - y poco a poco van incorporando sus códigos y lenguaje.

Creo que hay un punto en el que todos somos iguales, todos tenemos derecho a existir, a comer, a tener una vivienda digna, educación, a tener un futuro…Tenemos entonces por delante una tarea que no es sencilla: sensibilizarnos, comprometernos como ciudadanos, encontrarnos en el prójimo, en su sufrimiento, comprender que lo que le pasa al de al lado no es su problema sino mi problema también.

Hay que desnaturalizar el hecho de que los chicos trabajen, sean explotados y abusados, porque los niños de hoy, aunque sea una frase trillada, son los adultos del mañana. Luchar por los derechos humanos es sin dudas humanizarnos, no desconocer lo que pasa sino estar atentos porque los niños no tienen que perder su inocencia ni tener responsabilidades de grandes. Sólo así nuestras sociedades, las del siglo XXI, tendrán niños sonrientes.



[1] Diario La Nación. Suplemento Comunidad. Trabajo infantil, infancia robada. Sabado 17 de febrero de 2007.

sábado, 10 de mayo de 2008

Antología de imágenes: la era del Fotolog

Por Camilo Sartori

No hay duda del gigantesco – y hasta alarmante- desarrollo tecnológico surgido en los últimos años. Desde el boom de los celulares y mensajes de texto hasta…el Fotolog. ¡Si! La masividad que ha adquirido este espacio en la actualidad, parece convertirlo en la especie de software social preponderante.

Preguntar qué es un Fotolog en la franja de los 10 a 20 años aproximadamente, de seguro carezca de sentido. Pero para los más grandes, Fotolog se refiere a una variante de blog, que consiste en una galería de imágenes fotográficas, acompañadas de un texto que introduce el responsable de la cuenta. En la mayoría de los casos se aceptan comentarios en la forma de libro de visitas, de otros “fotologuers”, usuarios de este servicio.

La adquisición de un Fotolog es totalmente gratuita, y respetando ciertas reglas –como no subir fotos de desnudos- , también es libre. Los hay de todos los colores, formas y con distintos contenidos.
E
s indudable que como dispositivo en boga, un público masivo -tal es el caso juvenil-, se aboca a su consumo por no “quedar afuera” de esta nueva modalidad de comunicación. El Fotolog –luego del mensaje de texto- se llega a convertir incluso, en el principal medio de diálogo entre muchos adolescentes.

Ahora bien, un Fotolog es un medio y como tal, la clave radica en el uso que se le otorgue. Sin inmiscuirnos en los factores que motivan la posesión de un espacio de estas características, se pueden conjeturar ciertas cuestiones generales.

La exposición que presupone este tipo de espacios es considerablemente alta. Se puede acceder a éstos a través de la web, desde cualquier parte del mundo. En ellos se pueden encontrar desde relatos sobre las salidas del fin de semana, hasta detalles precisos de la vida privada de los suscriptores.

Estas nuevas prácticas, conforman nuevos vocablos o resignifiacan los ya existentes. Una breve recorrida por estos espacios, nos topará con términos como: postear, fotologuers, FF, pic, “me pasé”, “nos leemos”, etc. Se puede decir entonces, que el fotolog, de alguna manera de-forma el lenguaje.

Pero… lo que está de moda hoy, pierde sentido cuando ya no es vigente. Seguramente llegará el día en que aparezca algo innovador, que supere al fotolog, y donde la privacidad se convierta en palabra a buscar en el diccionario.

miércoles, 7 de mayo de 2008

De Michael Foucault*…Vigilar y Castigar

“Quizás hoy dan vergüenza nuestras prisiones. El siglo XIX se sentía orgulloso de las fortalezas que construía en los límites y a veces en el corazón de las ciudades. Le encantaba esta nueva benignidad que reemplazaba los patíbulos.

Se maravillaba de no castigar ya los cuerpos y de saber corregir en adelante las almas. Aquellos muros, aquellos cerrojos, aquellas celdas figuraban una verdadera empresa de ortopedia social.

A los que roban se los encarcela; a los que matan también. ¿De dónde vienen esa extraña práctica y el curioso proyecto de encerrar para corregir, que traen consigo los Códigos penales de la época moderna? ¿Una vieja herencia de las mazmorras de la Edad Media? Más bien una tecnología novedosa: el desarrollo, del siglo XVI al XIX, de un verdadero conjunto de procedimientos para dividir en zonas, controlar, medir, encauzar a los individuos y hacerlos a la vez “dóciles y útiles”.

Vigilancia, ejercicios, maniobras, puntajes, rangos y lugares, clasificaciones, exámenes, registros; una manera de someter los cuerpos, de dominar las multiplicidades humanas y de manipular sus fuerzas se ha desarrollado en el curso de los siglos clásicos, en los hospitales, en el ejército, las escuelas, los colegios o los talleres. La disciplina. El siglo XIX inventó, sin duda, las libertades pero les dio un subsuelo profundo y sólido: la sociedad disciplinaria que aún dependemos”


*Filósofo, historiador, sociólogo y psicólogo francés. Crítico, lúcido y “evolucionado” al desafiar con argumentos ideas sólidamente establecidas. Es además, un pensador comprometido - política e ideológicamente – y, sin dudas, acogido por los excluidos sociales.

jueves, 1 de mayo de 2008

Una invitación: zambullirse en las aguas de las dudas

Por Eliana Comas

Por estos días me siento muy influenciada por las ideas de un libro que acabo de leer: “La sangre derramada” de José Pablo Feinman que dice: “la duda es la expresión de nuestra libertad. No aceptar nada como consagrado, como incuestionable, como absoluto y cerrado, he aquí el gesto ejemplar del hombre de la modernidad. He aquí, asimismo, la condición fundante del pensamiento libre, del pensamiento crítico, del pensamiento de los intelectuales y los ciudadanos auténticos”.

Es en este sentido que pensé crear este blog como un espacio para recuperar y expresar nuestras dudas porque coincido con Feinman en que la “duda (tal como nos enseñó a interpretarla Descartes) es un estado de actividad, de inquietud”, diría también, de eternas búsquedas.

Llamo entonces pasajeros de las dudas a todos aquellos que se atrevan a viajar por un camino en el que no hallarán verdades consagradas. Creo, que dudar es uno de los modos que nos ayudará a pensarnos mejor como ciudadanos, como argentinos, como personas, en fin, como sociedad para dejar de ser observadores y espectadores inmóviles que vemos pasar la historia.