domingo, 18 de julio de 2010

Into the Wild, un drama dirigido por Sean Peen

La civilización versus el encuentro con la naturaleza

Into the Wild es un film estadounidense guionado y dirigido por Sean Peen. El mismo, fue conocido tras su presentación en el Festival de Roma en el 2007 y es un drama protagonizado por: Emile Hirsch (Christopher McCandless), William Hurt (Walt McCandless), Marcia Gay Harden (Billie de McCandless), Jena Malone (Carine McCandless), Vince Vaughn (Wayne Westerberg), Brian Dierker (Rainey) y Catherine Keener (Jane Burres) entre otros. Su traducción en español es Hacia rutas salvajes o Camino salvaje.

Hacia rutas salvajes

La película se basa en la novela de Jon Krakauer de igual nombre y se centra en la vida real de Christopher McCandless, un joven americano que se aleja de la sociedad para vivir la libertad absoluta. Un poema de Lord Byron da comienzo a su historia:

"Hay placer en los bosques sin senderos
Hay éxtasis en una costa solitaria
Está la sociedad donde nadie se inmiscuye
Por el océano profundo y la música con su rugido:
No amo menos al hombre, pero sí a la naturaleza"

Luego un grito - ¡Mamá ayúdame!, una ausencia y las montañas heladas de Alaska junto a Christopher que medita: “Quizás pase mucho tiempo hasta que vuelva al sur”. Encuentra un autobús y vive un día mágico, escribe que tras dos años intrincados llega la aventura final, la batalla culminante para matar al falso ser interno y concluir victorioso la revolución espiritual.

Sus palabras son acompañadas por el nombre de Alexander Supertramp y el mes de mayo de 1992. En este sentido, el film se desarrolla entre el pasado y el presente, mostrando las experiencias que lo acompañaron hasta su llegada al estado nórdico.

Dos años antes

En 1990 Christopher culmina sus estudios universitarios de historia y antropología en la Universidad de Emory. Les dice a sus padres, Walt y Billie, que sus notas son buenas y que desea estudiar leyes en Harvard. En lo inminente dona sus ahorros para que alimenten a alguien con ellos, rompe las tarjetas de crédito, quema su identificación, tira la foto de los padres.

Así, empieza el primer capítulo de su vida nueva que denomina "Mi propio nacimiento". Su propósito es dejar atrás una sociedad consumista, por eso se despoja de lo material y se inventa otro nombre: Alexander Supertramp.

Se abstrae del mundo, sostiene que el dinero hace que la gente sea cauta y que más que amor, plata, fe, desea verdad. Su familia recibe noticias de él hasta junio, sus calificaciones son excelentes, pero en julio ya no tienen novedades suyas. Chris huye de lo políticamente correcto, de sus padres y sus pasados oscuros, de la individuación, las exigencias y las reglas sociales.

Comienzo de la aventura

Durante casi dos años recorre el sur: California, Oregón, Dakota, visita el Lago Mead, Arizona, entre otros lugares. Durante su viaje lleva a cabo trabajos pasajeros como en una casa de comidas rápidas o en el campo para comprar comida. Se lo observa feliz: salta de piedra en piedra, grita, ríe, nada, rema, lee en la inmensidad de lo silvestre.

Se refugia en Tolstoy, Jack London y Thoreau, su hermana Carine recuerda que citaba sus palabras en cualquier ocasión. En el camino, conoce a distintos personajes como una pareja hippie Jane y Rainey. Allí, se sitúa su segundo capítulo: "La adolescencia". Mientras tanto, su familia nota que no quiere que lo encuentren pues advierte que le pagó al correo para que retenga las cartas que enviaban sus padres.

Por entonces Christopher fiel a sus ideas reflexiona que la libertad y la belleza son muy buenas para perderlas. En el capítulo 3: "La madurez" el dolor une a sus padres, quienes antes se maltrataban y querían divorciarse. Él piensa que en ellos el que dirán y los mandatos fueron más fuertes que sus propios sentimientos.

La vida en Alaska

El capítulo 4 es "La familia", mata un alce para alimentarse y se le agusana, su cuerpo comienza a adelgazar. Decide irse, siente que tiene más que antes, pero es imposible cruzar el río, se siente solo y asustado. Tiene hambre y no hay animales para cazar.

Finalmente llega el capítulo 5: "La obtención de sabiduría", la apetencia lo lleva a comer plantas y se envenena con el fruto de una de ellas. Este hecho lo conduce a la inanición y posteriormente a la muerte. Sus palabras finales se refirieron a que quedó atrapado en la naturaleza y que la felicidad es verdadera cuando es compartida.

Trátame bien, la serie más vista en el 2009

Trátame bien fue un unitario producido por Pol-Ka que se emitió los días miércoles a las 22:45 hs por El Trece durante el 2009. El mismo, se centró en la historia de los miembros de una familia, sus desavenencias y crisis que los condujeron a una terapia continúa. Los terapeutas ocupan un lugar central, son los que incitan al cambio, sugieriendo respuestas para conciliar lo personal con la pareja y los hijos.

Trama argumental

José (Julio Chávez) y Sofía (Cecilia Roth) llevan 22 años casados y conviviendo. Su realidad como pareja atraviesa una crisis dada por la rutina, el desconocimiento del otro, las mentiras y desmanes de la cotidianeidad. Ambos tienen dos hijos: Helena (María Alche) y Damián (Martín Slipak), adolescentes que viven el trance hacia la adultez y las incertidumbres de identidad.

El matrimonio tiene terapeutas por separado, el de José es Arturo (Norman Briski) y la de Sofía es Elsa (María Onetto), quienes les proponen realizar terapia de pareja. Así, entra en escena Clara (Cristina Banegas) la terapeuta que los ayudará a reencontrarse con los vínculos solapados por el paso del tiempo.

Si bien el matrimonio plantea en un determinado momento separarse e intentan comenzar vidas nuevas, los acontecimientos que se van desarrollando los une, los hace seguir eligiéndose y mirarse a los ojos. A veces, ese pasado en común da certezas y es más fuerte que la imprevisibilidad de una relación inédita.

Cuestiones postmodernas

La familia que se expone en el unitario es típica de una escena posmoderna en la que el sujeto ya no es único, indivisible ni definitivo. De modo que el hombre autosuficiente, que mantiene económicamente a la familia, implanta las normas, es fuerte y cabecera en las mesas se desvanece en el personaje de José. Él ya no puede progresar porque su negocio muere día a día.

En cambio Sofía es una mujer exitosa en su trabajo, encarna el rechazo que asocia a las mujeres a la crianza de los hijos, a la atención de sus esposos, al ámbito hogareño. Pero lo que los une es el ser individuos inconsistentes, fragmentados en la búsqueda de equilibrio.

Sus hijos plantean cuestiones que antes eran tabú y no tenían un espacio concertado para hacerse visibles. Entre ellas se encuentran: la exhibición del cuerpo, el consumo de marihuana como estímulo, las relaciones con personas del mismo sexo.

También, el hecho de recurrir José y Sofía a terapia es algo característico de los tiempos actuales. Las respuestas ante las crisis existenciales parecen encontrarse en los profesionales de la psicología, una disciplina antes descreída por cuestionar los mandatos y, principalmente, la familia. En este sentido, puede interpretarse que la permanencia del discurso psicoanalítico es parte del hedonismo, la liberación y crisis de las instituciones modernas en el presente.

Los centros culturales, una expresión política

El arte al encuentro del conflicto social

Los centros culturales fomentan la cultura, la participación ciudadana, el compromiso y la solidaridad. Son verdaderos actores sociales atravesados por la historia y la lucha por el sentido y el poder. Los mismos, expresándose por medio del arte encuentran la manera de posicionarse y actuar frente a la realidad.

La variedad de sus propuestas y la conformación de sus integrantes los hace sujetos plurales y abiertos a su entorno, dotando de vida a comunidades que parecían inertes.

Apropiación y reactivación de espacios

Los centros culturales se hallan principalmente en las grandes urbes diseminados tanto en zonas céntricas como periféricas. Se distinguen por ser Asociaciones Civiles sin fines de lucro, establecidas en barrios antiguos, en edificios en desuso o en lugares que rememoran sitios históricos, como una vieja estación ferroviaria o un añejo almacén de ramos generales.

Sus nombres remiten al pasado y se abren al presente para ser un recuerdo vivo de lo que en algún momento fue ese espacio. Al mismo tiempo, hacen referencia a poetas, militantes sociales, intelectuales, que ya no están porque han sido asesinados o desaparecidos por la última dictadura militar argentina.

En otros casos, aluden a un movimiento o grupo. Sus miembros son vecinos, intelectuales, profesionales de las Ciencias Sociales, estudiantes universitarios, congregantes de movimientos independientes, multisectoriales, socialistas, trabajadores de la cultura y del arte. Desde ellos se realizan marchas o eventos para repudiar y recordar algún hecho traumático que aconteció e irrumpió en la cotidianidad. Algunos de sus lemas son: la justicia, la igualdad y la defensa por los derechos humanos.

Arte y protesta social

Los espacios para la cultura hacen política desde las manifestaciones culturales, diferenciándose, en ocasiones, de la falta de convocatoria o cooperación que tienen los partidos políticos y sus mítines. Ante la supuesta ausencia de participación ciudadana, primordialmente de los jóvenes, los centros culturales tienen una concurrencia creciente. En ellos, el arte aparece como un complemento muy fuerte de otro tipo de actividades de la militancia tradicional como los discursos públicos, las "volanteadas" o publicaciones periódicas.

A su vez, es un interesante operador simbólico ya que la expresión artística sugiere sentidos de un modo innovador, interpela al espectador desde lo sensible, genera emociones íntimas, ligadas a las connotaciones subjetivas de cada persona. El arte y la política no son términos ajenos entre sí ya que el arte pasa por lo político, desde ese lugar se construye, y la política lo retoma como un canal de expresiones, inquietudes, formas de compromiso.

La cultura para tomar parte apela a la reflexión, sensibiliza a través de sus expresiones de una manera especial, más contundente y directa que un relato teórico.

sábado, 31 de octubre de 2009

Noches de reflexión: entre la lluvia y la música

Es magnífica la frase de Michael Foucault:

"No se puede hacer ni la historia de los reyes ni la historia de los pueblos, sino la historia de lo que constituye uno frente al otro... estos dos términos de los cuales uno nunca es el infinito y el otro cero".

La historia, las memorias, el pasado hecho carne aquí y ahora. El presente y el futuro, los niños y los viejos, entre los abismos generacionales hay algo que persiste y nos permite hablar de continuidad histórica. Los jóvenes de ayer y los de hoy, por necesidad, por vivencias y contextos son disímiles y los serán los venideros.

¿Qué somos? ¿Hacia donde vamos?, preguntas filsóficas, preguntas de personas comunes. demasiadas preguntas para una noche. Somos lo que nos diferencia, cada uno de nosotros tiene particularidades que se expresan en acciones y prácticas concretas. Pero ¿qué nos une?, ¿cómo construir una historia de todos, del pueblo?

Divisiones, antagonismos, ¿¿¿a alguien le interesa esto??? Digo, discursos políticamente correctos, educación sin contenidos, televisión justiciera y solidaria. Valores, códigos que se dicen perdidos, ¿pero qué perdimos? O mejor dicho, ¿construimos algo?, ¿mejoramos como personas?.

Ambigüedad, contradicciones en una sociedad que tiende a ser más receptiva y abierta, al mismo tiempo que cruel, esclavista y desigual. Algo de todo eso hay en nuestras naciones, en las que se configura un ser difuso, inconsistente, fragmentado, un sujeto en crisis que no tiene relatos para sostenerse. Esa es la clave para empezar a escribir las historias de un mundo, que muchos pensadores denominan postmoderno. Un mundo que no sólo llora sino que también ríe, lucha y resiste.

viernes, 27 de febrero de 2009

COINCIDENCIAS

¿Por qué ganó Slumdog Millionaire? ¿Qué genera mostrar la pobreza de la India? ¿Qué pasa con nuestra sensibilidad?, la mía, la tuya, la del mundo. Una historia de amor, pero además, de violencia, vulnerabilidad, marginalidad, tráfico de personas y miseria. Sí, la miseria de la que algunos se aprovechan para engordar sus bolsillos.

Los niños en Bombay mendigando entre la mugre. Los niños en el Gran Buenos Aires juntando la basura que deposita el Ceamse. ¿Cuántos dan batalla a la indigencia o mueren aplastados por ella? ¿Son éstos los nuevos desaparecidos? Dos postales muy lejanas, ¿tan lejanas?

¿Quién no desea ser millonario en ese contexto?, el de la película y éste el de aquí y ahora. Sin estudio, profesión y con sólo el aprendizaje de la calle… tenerlo “todo” es inevitablemente el sueño de muchos. Mientras tanto, los que viven bajo esas circunstancias tienen la esperanza de correr esa misma suerte, la del film, la de ser millonarios.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Me estoy yendo!

Hola a todos! Les cuento que me recibí la semana pasada y eso me tuvo ocupada, ansiosa, feliz. En fin viví una suma de sensaciones que no puedo describir y sólo apenas recordar.

Ahora lo que me espera es pasar unos días en mi pueblo hermoso y después irme a recorrer el sur con Eze. A contemplar esas montañas, el agua de deshielo y esos árboles y flores increíbles. Bueno, allí vamos…

Hay una frase de la adolescencia que hoy más que nunca me identifica “siempre los cambios llevan consigo cierta melancolía porque aquello que dejamos es una parte de nosotros mismos”. Y sí, terminar mis estudios me ha dejado un vacío y muchas expectativas por lo que vendrá. Pero mi presente es este, estoy contenta, optimista y espero que todos en el 2009 podamos encontrarnos sino más alegres, más a gusto con lo que hacemos o más comprometidos con nosotros mismos y los demás.


lunes, 17 de noviembre de 2008

Recuerdos

Por Eliana Comas

Me miró y se rió, vi la vida en sus ojos, vi el futuro, esperanza, paz, tranquilidad, pureza, mucha pureza. Toqué sus manos y agarraron mis dedos, formamos algún tipo de vínculo que duró lo que duran los momentos.

Luego lloró con fuerza, gritó y pataleó, quiso decirme algo, fue un mensaje que no entendí. Después cantamos, eso sí que nos gustaba, improvisábamos letras, quien sabe sobre qué, en una competencia por imponer nuestras voces y sólo una ganó, no fue la mía.

Corríamos, sentía el río cerca. Agarramos las bicicletas y nos fuimos lejos. Pero no era lejos porque seguíamos escuchando el ruido del motor de la camioneta y los gritos que nos llamaban.

Así, ignoramos que nos reclamen y nos sumergimos en la privacidad de nuestra infancia de niñas. Cortamos flores silvestres, de esas que hay miles en la tierra. Relatamos historias de terror para asustarnos mutuamente hasta que sentimos miedo las dos y nos fuimos, no recuerdo a dónde ni si nos retaron cuando volvimos.

Pero ese día, con mi corta edad y experiencias vividas sentí que era feliz, viví una aventura inolvidable.