lunes, 15 de diciembre de 2008

Me estoy yendo!

Hola a todos! Les cuento que me recibí la semana pasada y eso me tuvo ocupada, ansiosa, feliz. En fin viví una suma de sensaciones que no puedo describir y sólo apenas recordar.

Ahora lo que me espera es pasar unos días en mi pueblo hermoso y después irme a recorrer el sur con Eze. A contemplar esas montañas, el agua de deshielo y esos árboles y flores increíbles. Bueno, allí vamos…

Hay una frase de la adolescencia que hoy más que nunca me identifica “siempre los cambios llevan consigo cierta melancolía porque aquello que dejamos es una parte de nosotros mismos”. Y sí, terminar mis estudios me ha dejado un vacío y muchas expectativas por lo que vendrá. Pero mi presente es este, estoy contenta, optimista y espero que todos en el 2009 podamos encontrarnos sino más alegres, más a gusto con lo que hacemos o más comprometidos con nosotros mismos y los demás.


lunes, 17 de noviembre de 2008

Recuerdos

Por Eliana Comas

Me miró y se rió, vi la vida en sus ojos, vi el futuro, esperanza, paz, tranquilidad, pureza, mucha pureza. Toqué sus manos y agarraron mis dedos, formamos algún tipo de vínculo que duró lo que duran los momentos.

Luego lloró con fuerza, gritó y pataleó, quiso decirme algo, fue un mensaje que no entendí. Después cantamos, eso sí que nos gustaba, improvisábamos letras, quien sabe sobre qué, en una competencia por imponer nuestras voces y sólo una ganó, no fue la mía.

Corríamos, sentía el río cerca. Agarramos las bicicletas y nos fuimos lejos. Pero no era lejos porque seguíamos escuchando el ruido del motor de la camioneta y los gritos que nos llamaban.

Así, ignoramos que nos reclamen y nos sumergimos en la privacidad de nuestra infancia de niñas. Cortamos flores silvestres, de esas que hay miles en la tierra. Relatamos historias de terror para asustarnos mutuamente hasta que sentimos miedo las dos y nos fuimos, no recuerdo a dónde ni si nos retaron cuando volvimos.

Pero ese día, con mi corta edad y experiencias vividas sentí que era feliz, viví una aventura inolvidable.

lunes, 27 de octubre de 2008

Aquí nadie está a salvo

Por Eliana Comas

La semana pasada escuché que un chico en la plaza mató a otro y que nuevamente, ante los continuos sucesos de violencia se insiste en mayores medidas de seguridad.

Ahora se habla de bajar la imputabilidad a menores de edad en delitos graves. Pero poco se dice acerca de los altos índices de desocupación, indigencia, drogadicción. Es en este sentido, que no veo un análisis crítico de la situación que parece ahogarnos en el miedo y la sumersión privada.

Me pregunto ¿por qué un niño mata?, ¿un adolescente mata?, ¿los seres humanos matamos? Observo con tristeza una desvalorización por la vida, extremas distancias sociales “lo mato y le robo porque es rico” y una atenuante, la droga enceguecedora.

En la medida en que se pida más mano dura y se ignore lo coyuntural, la inseguridad se disparará. Entonces, como todo aquello que naturalizamos, uno, dos, tres muertos diarios seguirán sin llamarnos la atención.

Pensemos un instante si en estos casos el asesino es una víctima. Particularmente, creo que lo es. Muchas veces un precoz delincuente que prepotea pidiendo algo y sin temor rompe una botella y no vacila en cortarte es una víctima de su entorno. Mata porque él es, en el peor de los casos, un muerto en vida que merodea en los márgenes de la ciudad. Golpea porque ha sido humillado, invisibilizado, abusado en su integridad. Sí, estorba, molesta por eso es necesario eliminarlo y extirpar el mal de los males.

Así, la inseguridad es compleja, injusta, multiplicadora de odios. Es además, una problemática arraigada en lo social, que lejos está de abordarse por sus diferentes aristas. Y sólo una voz, un punto de vista pretende imponerse como la verdad con mayúsculas.


sábado, 20 de septiembre de 2008

Viejos son los trapos

Por Eliana Comas

Desde hace dos años vive en un asilo de ancianos. Antes pasaba sus días, en las afueras de la ciudad, en una casa quinta modesta. Fue su larga edad y su salud intermitente las que lo llevaron a encontrarse con gente de su época, en un lugar que ya no era el suyo sino el de todos.

Habitualmente se sienta a esperar visita (si es que llega) y charla con los de su alrededor, la política es su temática privilegiada. Es que ha vivido diversos sucesos con sus 80 y pico de años. Siempre recuerdo cuando me contó sobre el cometa Halley, los inicios del Peronismo y la Evita de los humildes.

Y así pasa sus días, lejos atrás quedaron sus perros, sus vacas, sus herramientas, sus andazas de galán. Hoy parece estar contando las horas, minutos y segundos. Con ansiedad espera que el invierno se alargue, la primera se retrace, los recuerdos se hagan presentes. Lo veo deseoso de quedarse allí, en otros tiempos, con su esposa, sus hijos, cortando leña para alimentar el fuego.

Es que su cuerpo ya no le permite hacer cosas por sus propios medios pero su alma, su esencia interna, sigue en pie. Eso es la vejez, algo que escuché alguna vez, un desfasaje entre el cuerpo y el alma.


lunes, 15 de septiembre de 2008

No quiero a mi bebé

Por Eliana Comas

El aborto es una realidad que duele y que deja en el camino la vida de miles de niñas, adolescentes y mujeres adultas. Ahora bien, pensemos que se está haciendo para terminar con tanta muerte en un país como Argentina, donde la interrupción del embarazo es ilegal y la ley establece penas tanto para quien se la practica como para quien realiza el procedimiento.

No hemos avanzado en estas cuestiones, nos hemos quedado en el tiempo. Hace falta mucha educación sobre métodos anticonceptivos y no exceso de información. Hay que abrir tabúes, implementar políticas públicas en el barrio / comunidad, ir a las prácticas socioculturales y no dar nada por sabido.

No creo que no querer un bebé sea un acto inmoral que viola los derechos a la vida, un asesinato. Porque considero que no todos los casos son iguales, me refiero a las violaciones, relaciones no deseadas… Lo notable es que con el aborto se configura una trama compleja de actores que se vuelven muy susceptibles de ser juzgados ante la mirada dogmática. Entonces, se solapa al ser humano que hay detrás de cada historia y se lo declara culpable de un hecho; del cual desde un principio ha sido su víctima.

martes, 9 de septiembre de 2008

Y llegará el momento: inlakech


El otro soy yo, no le hago al otro lo que no quiero para mi (ti), uno es todos y todos somos uno; seamos confraternos, solidarios, somos en el otro, hermanos, compañeros, compatriotas, espejos y reflejos a la vez. INLAKECH: tú eres yo mismo.


¿Qué sentido tiene una vida? ¿Dos, tres docenas, las que fueran? ¿Qué sentimos cuando pensamos en la vida?, ¿Qué implica que unos hombres se apropien de la vida de otros hombres? Desde el sentido común, pensemos, desde la verdad interior ¿qué tan importante es para nosotros el otro? Otro, otra, otras, aquellos que no son yo, ellos, los otros; ¿cómo construimos a ese que llamamos otro?

Cuando la distancia que ponemos ante lo diverso se ajena de ello con prejuicios enfrentados, viene a imperar una tributaria de la muerte, la violencia. El asesinato, la muerte inducida, el exterminio en masa, la desaparición física de alguien o algunos por reacción ante lo diverso, como amenaza o peligro, por temor a lo diferente es, de las miserias humanas, una muy antigua.

martes, 12 de agosto de 2008

Al límite

Por Eliana Comas

Cuando somos chicos nos imponen límites para que seamos señoritas y señoritos de acuerdo a lo que manda la sociedad: no ir en contra de lo establecido. Entonces, crecemos entre lo que debemos y no debemos hacer. Y ahí es donde opera nuestro “super yo” con sus reglas, ética y moral.

Siempre vivimos en tensión y con miedo a elegir equivocadamente. Pero si un día somos capaces de accionar como realmente pensamos y sentimos; nos consideramos traidores y culpables. Extraña ambigüedad la del ser humano que vaga entre un ser y no ser pero que casi siempre es un no ser que no desea.

A veces, algunos viven al límite del rigor y muchos se cobijan detrás de él. Claro, para todo hay una explicación y creo que la evasión es una de ellas. La soledad, el desamparo, el merodear sin encontrar nada, la exclusión y la sensación de vacío son algunas de sus causas.

Y nadie está a salvo y vivimos en continuos malestares de época; y somos algo así como bombas de tiempo a punto de estallar. Y el límite es eso, aquello que demarca, divide en dos o en más opciones. Depende de nosotros, de cuan inteligentes o brillantes seamos para determinar de qué lado estamos o sí nos hallamos siempre al límite.

sábado, 24 de mayo de 2008

Seres muy inconsistentes*

Por Eliana Comas

Y una vez que has recorrido la extensión de tu mente, lo que

gobiernas es tan claro como un registro de cargas;

no debes pensar que alguna otra cosa

existe.

¿Y cual es el beneficio? Sólo que, con el tiempo,

identificamos a medias las ciegas marcas

que todas nuestras acciones llevan, podemos hacerlas remontar a su origen.

Pero confesar

en aquel descolorido atardecer en que nuestra muerte empieza,

lo que era, difícilmente satisfaga,

porque se aplicó solo a un hombre una vez,

y a ese hombre, agonizante.


Este es un fragmento del poema de Philip Larkin que aparece en el libro Contingencia, ironía y solidaridad de Richard Rorty. Es un punto de partida, que nos permite pensar que nuestro yo (al igual que nuestro lenguaje) consiste en un tejido de contingencias antes que en un sistema de facultades estructuradas.

Somos seres inconsistentes, únicos y con un yo diferente al de nuestros prójimos. Poseemos ciegas marcas, que son puras posibilidades y una vida para nada firme. Entonces, una y otra vez toda descripción literal de nuestra identidad fracasará porque somos de este modo, pero podemos ser de otro.


*El título es creación de la autora de esta entrada.

martes, 13 de mayo de 2008

Inocencia perdida

Por Eliana Comas


El trabajo infantil es una problemática que se ha perpetuado con el tiempo en todo el mundo. En Argentina fue creada en el año 2002 la Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil, sin embargo es uno de los países de América Latina donde esta modalidad de trabajo ha crecido de forma alarmante, al aumentar seis veces en pocos años, como consecuencia de la crisis económica.

Se estima que el 6, 5 % de los niños argentinos de entre 5 y 13 años cumplen alguna tarea, y que trabaja el 20, 1 % de los adolescentes de entre 14 y 17.[1] Más allá de la información numérica, que ya es de por sí escalofriante, no debemos olvidar el ser humano que se solapa detrás de los porcentajes. Porque un niño es un individuo, una historia de vida, una persona con rostro e identidad y el trabajo amenaza su estimulación, desarrollo físico, mental, social y moral.

El trabajo infantil se manifiesta en mayor medida en los grandes centros urbanos, allí podemos ver a los chicos cartoneando, cirujeando, cuidando vehículos, lustrando zapatos, vendiendo, mendigando, pidiendo dinero y comida. Con su inocencia están expuestos a los peligros de la calle - principalmente al consumo de drogas - y poco a poco van incorporando sus códigos y lenguaje.

Creo que hay un punto en el que todos somos iguales, todos tenemos derecho a existir, a comer, a tener una vivienda digna, educación, a tener un futuro…Tenemos entonces por delante una tarea que no es sencilla: sensibilizarnos, comprometernos como ciudadanos, encontrarnos en el prójimo, en su sufrimiento, comprender que lo que le pasa al de al lado no es su problema sino mi problema también.

Hay que desnaturalizar el hecho de que los chicos trabajen, sean explotados y abusados, porque los niños de hoy, aunque sea una frase trillada, son los adultos del mañana. Luchar por los derechos humanos es sin dudas humanizarnos, no desconocer lo que pasa sino estar atentos porque los niños no tienen que perder su inocencia ni tener responsabilidades de grandes. Sólo así nuestras sociedades, las del siglo XXI, tendrán niños sonrientes.



[1] Diario La Nación. Suplemento Comunidad. Trabajo infantil, infancia robada. Sabado 17 de febrero de 2007.

sábado, 10 de mayo de 2008

Antología de imágenes: la era del Fotolog

Por Camilo Sartori

No hay duda del gigantesco – y hasta alarmante- desarrollo tecnológico surgido en los últimos años. Desde el boom de los celulares y mensajes de texto hasta…el Fotolog. ¡Si! La masividad que ha adquirido este espacio en la actualidad, parece convertirlo en la especie de software social preponderante.

Preguntar qué es un Fotolog en la franja de los 10 a 20 años aproximadamente, de seguro carezca de sentido. Pero para los más grandes, Fotolog se refiere a una variante de blog, que consiste en una galería de imágenes fotográficas, acompañadas de un texto que introduce el responsable de la cuenta. En la mayoría de los casos se aceptan comentarios en la forma de libro de visitas, de otros “fotologuers”, usuarios de este servicio.

La adquisición de un Fotolog es totalmente gratuita, y respetando ciertas reglas –como no subir fotos de desnudos- , también es libre. Los hay de todos los colores, formas y con distintos contenidos.
E
s indudable que como dispositivo en boga, un público masivo -tal es el caso juvenil-, se aboca a su consumo por no “quedar afuera” de esta nueva modalidad de comunicación. El Fotolog –luego del mensaje de texto- se llega a convertir incluso, en el principal medio de diálogo entre muchos adolescentes.

Ahora bien, un Fotolog es un medio y como tal, la clave radica en el uso que se le otorgue. Sin inmiscuirnos en los factores que motivan la posesión de un espacio de estas características, se pueden conjeturar ciertas cuestiones generales.

La exposición que presupone este tipo de espacios es considerablemente alta. Se puede acceder a éstos a través de la web, desde cualquier parte del mundo. En ellos se pueden encontrar desde relatos sobre las salidas del fin de semana, hasta detalles precisos de la vida privada de los suscriptores.

Estas nuevas prácticas, conforman nuevos vocablos o resignifiacan los ya existentes. Una breve recorrida por estos espacios, nos topará con términos como: postear, fotologuers, FF, pic, “me pasé”, “nos leemos”, etc. Se puede decir entonces, que el fotolog, de alguna manera de-forma el lenguaje.

Pero… lo que está de moda hoy, pierde sentido cuando ya no es vigente. Seguramente llegará el día en que aparezca algo innovador, que supere al fotolog, y donde la privacidad se convierta en palabra a buscar en el diccionario.

miércoles, 7 de mayo de 2008

De Michael Foucault*…Vigilar y Castigar

“Quizás hoy dan vergüenza nuestras prisiones. El siglo XIX se sentía orgulloso de las fortalezas que construía en los límites y a veces en el corazón de las ciudades. Le encantaba esta nueva benignidad que reemplazaba los patíbulos.

Se maravillaba de no castigar ya los cuerpos y de saber corregir en adelante las almas. Aquellos muros, aquellos cerrojos, aquellas celdas figuraban una verdadera empresa de ortopedia social.

A los que roban se los encarcela; a los que matan también. ¿De dónde vienen esa extraña práctica y el curioso proyecto de encerrar para corregir, que traen consigo los Códigos penales de la época moderna? ¿Una vieja herencia de las mazmorras de la Edad Media? Más bien una tecnología novedosa: el desarrollo, del siglo XVI al XIX, de un verdadero conjunto de procedimientos para dividir en zonas, controlar, medir, encauzar a los individuos y hacerlos a la vez “dóciles y útiles”.

Vigilancia, ejercicios, maniobras, puntajes, rangos y lugares, clasificaciones, exámenes, registros; una manera de someter los cuerpos, de dominar las multiplicidades humanas y de manipular sus fuerzas se ha desarrollado en el curso de los siglos clásicos, en los hospitales, en el ejército, las escuelas, los colegios o los talleres. La disciplina. El siglo XIX inventó, sin duda, las libertades pero les dio un subsuelo profundo y sólido: la sociedad disciplinaria que aún dependemos”


*Filósofo, historiador, sociólogo y psicólogo francés. Crítico, lúcido y “evolucionado” al desafiar con argumentos ideas sólidamente establecidas. Es además, un pensador comprometido - política e ideológicamente – y, sin dudas, acogido por los excluidos sociales.

jueves, 1 de mayo de 2008

Una invitación: zambullirse en las aguas de las dudas

Por Eliana Comas

Por estos días me siento muy influenciada por las ideas de un libro que acabo de leer: “La sangre derramada” de José Pablo Feinman que dice: “la duda es la expresión de nuestra libertad. No aceptar nada como consagrado, como incuestionable, como absoluto y cerrado, he aquí el gesto ejemplar del hombre de la modernidad. He aquí, asimismo, la condición fundante del pensamiento libre, del pensamiento crítico, del pensamiento de los intelectuales y los ciudadanos auténticos”.

Es en este sentido que pensé crear este blog como un espacio para recuperar y expresar nuestras dudas porque coincido con Feinman en que la “duda (tal como nos enseñó a interpretarla Descartes) es un estado de actividad, de inquietud”, diría también, de eternas búsquedas.

Llamo entonces pasajeros de las dudas a todos aquellos que se atrevan a viajar por un camino en el que no hallarán verdades consagradas. Creo, que dudar es uno de los modos que nos ayudará a pensarnos mejor como ciudadanos, como argentinos, como personas, en fin, como sociedad para dejar de ser observadores y espectadores inmóviles que vemos pasar la historia.