domingo, 18 de julio de 2010

Los centros culturales, una expresión política

El arte al encuentro del conflicto social

Los centros culturales fomentan la cultura, la participación ciudadana, el compromiso y la solidaridad. Son verdaderos actores sociales atravesados por la historia y la lucha por el sentido y el poder. Los mismos, expresándose por medio del arte encuentran la manera de posicionarse y actuar frente a la realidad.

La variedad de sus propuestas y la conformación de sus integrantes los hace sujetos plurales y abiertos a su entorno, dotando de vida a comunidades que parecían inertes.

Apropiación y reactivación de espacios

Los centros culturales se hallan principalmente en las grandes urbes diseminados tanto en zonas céntricas como periféricas. Se distinguen por ser Asociaciones Civiles sin fines de lucro, establecidas en barrios antiguos, en edificios en desuso o en lugares que rememoran sitios históricos, como una vieja estación ferroviaria o un añejo almacén de ramos generales.

Sus nombres remiten al pasado y se abren al presente para ser un recuerdo vivo de lo que en algún momento fue ese espacio. Al mismo tiempo, hacen referencia a poetas, militantes sociales, intelectuales, que ya no están porque han sido asesinados o desaparecidos por la última dictadura militar argentina.

En otros casos, aluden a un movimiento o grupo. Sus miembros son vecinos, intelectuales, profesionales de las Ciencias Sociales, estudiantes universitarios, congregantes de movimientos independientes, multisectoriales, socialistas, trabajadores de la cultura y del arte. Desde ellos se realizan marchas o eventos para repudiar y recordar algún hecho traumático que aconteció e irrumpió en la cotidianidad. Algunos de sus lemas son: la justicia, la igualdad y la defensa por los derechos humanos.

Arte y protesta social

Los espacios para la cultura hacen política desde las manifestaciones culturales, diferenciándose, en ocasiones, de la falta de convocatoria o cooperación que tienen los partidos políticos y sus mítines. Ante la supuesta ausencia de participación ciudadana, primordialmente de los jóvenes, los centros culturales tienen una concurrencia creciente. En ellos, el arte aparece como un complemento muy fuerte de otro tipo de actividades de la militancia tradicional como los discursos públicos, las "volanteadas" o publicaciones periódicas.

A su vez, es un interesante operador simbólico ya que la expresión artística sugiere sentidos de un modo innovador, interpela al espectador desde lo sensible, genera emociones íntimas, ligadas a las connotaciones subjetivas de cada persona. El arte y la política no son términos ajenos entre sí ya que el arte pasa por lo político, desde ese lugar se construye, y la política lo retoma como un canal de expresiones, inquietudes, formas de compromiso.

La cultura para tomar parte apela a la reflexión, sensibiliza a través de sus expresiones de una manera especial, más contundente y directa que un relato teórico.

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