martes, 12 de agosto de 2008

Al límite

Por Eliana Comas

Cuando somos chicos nos imponen límites para que seamos señoritas y señoritos de acuerdo a lo que manda la sociedad: no ir en contra de lo establecido. Entonces, crecemos entre lo que debemos y no debemos hacer. Y ahí es donde opera nuestro “super yo” con sus reglas, ética y moral.

Siempre vivimos en tensión y con miedo a elegir equivocadamente. Pero si un día somos capaces de accionar como realmente pensamos y sentimos; nos consideramos traidores y culpables. Extraña ambigüedad la del ser humano que vaga entre un ser y no ser pero que casi siempre es un no ser que no desea.

A veces, algunos viven al límite del rigor y muchos se cobijan detrás de él. Claro, para todo hay una explicación y creo que la evasión es una de ellas. La soledad, el desamparo, el merodear sin encontrar nada, la exclusión y la sensación de vacío son algunas de sus causas.

Y nadie está a salvo y vivimos en continuos malestares de época; y somos algo así como bombas de tiempo a punto de estallar. Y el límite es eso, aquello que demarca, divide en dos o en más opciones. Depende de nosotros, de cuan inteligentes o brillantes seamos para determinar de qué lado estamos o sí nos hallamos siempre al límite.

7 comentarios:

fed dijo...

Es una tarea difícil a veces, ser uno al 100%, porque a uno no le gusta que los demás a veces sean tan demases. Pero bueno, creo que siempre se puede estar bien en términos medios...

Julieta dijo...

Hola Eliana!

Fijarme mis propios límites y tratar de respetarlos es un trabajito pero no conozco mayor satisfacción personal...

¿Patológico? mmm... tal vez Ja!

P.D.: Moderar los comentarios es un límite impuesto...

"fijate de que lado de la mecha te encontras" Redonditos dixit...


Nos vemos!

Gomita de Naranja dijo...

Es dificil aceptar que no todas las brújulas morales, aún en la misma época, tienen diferentes nortes. Uno se pasa la vida buscando gente a la que le coincida en la direccion del viaje, para no sentirse tan solo.

Saludines, desde México. Gracias por pasar =)

Martín dijo...

Creo que la niñez es ser inmoral (¿amoral?), quizá ir sucumbiendo de a poco a ciertos trazos o limites de los que hablás ¿no?. Creo que la culpabilidad viene la neurosis adolescente. En fin, las bombitas, claro, me hicieron pensar en Don Solari!!

BEso!!

Hermes dijo...

Eliana! el viaje ahora es de noche... espero que sirvan cena...

Dejame desafiar un poco tu metáfora, y proponer ensanchar un poco la zona del límite, para poder estar EN, en vez de ENTRE.

Anónimo dijo...

El truco es ser como un niño, pero con la idea fija de que vos elejiste ser así.

Como todo, ya estamos moldeados después de tantos años de "nene, no hagas esto", "nene, eso queda mal" y "nene, no prendas fuego eso".

Pero creo que, dentro de todo, una persona puede ser capaz de ser como le plazque. Y generalmente, los que terminan transgridiendo las normas de la sociedad pasan a ser recordados por siempre.

¿Alguien concuerda conmigo?

Anónimo dijo...

Ah! y gracias por agregarme a tu blog. Espero que encuentres ahí pensamientos muy, muuuuuuuuuuy, pero muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuy profundos :)

Besos!